La vor gine es una novela grande en todos los sentidos. Pocos relatos del siglo XX se le pueden acercar y menos a n siguen ocasionando tantas disputas sobre sus inabarcables significados. As , La vor gine puede ser le da como la escarnecedora denuncia de la explotaci n inhumana de los caucheros en las selvas de la cuenca orinoco-amaz nica, pero tambi n como la novela inici tica del inmediato indigenismo o incluso, como opina Guti rrez Girardot, como la tragedia del hombre moderno abocado al nihilismo ante la impiedad de cuanto le rodea y el rotundo fracaso de sus anhelos. Sea como fuere, La vor gine es un relato descomunal y desbocado, que si arranca con un regusto entre el Romaticismo y el Naturalismo, concluye con un lenguaje propio que consigue estremecer al lector cuando lo enfrenta sin redenci n con la vacuidad del existir. No en balde fue, hasta la aparici n de Cien a os de soledad, la gran novela de Colombia, y sigue siendo una de las piezas maestras de la narrativa hisp nica del siglo XX.